Esta historia ya la he contado más veces. La última, la semana pasada en una publicación de LinkedIn. Y aún así la idea detrás me sigue resonando muchísimo y veo que se repite una y otra vez a mi alrededor.
Pero siempre me he centrado en el problema y nunca he hablado de cuál sería mi solución.
Te cuento.
El 15 de octubre es mi cumpleaños. Y desde hace más de 10 años y sin fallar ni una sola vez hay una llamada que siempre recibo en mi móvil (salvo cuando cumplo años en domingo):
🦷🦷Un dentista.
¿Mi dentista habitual? No. Un dentista random donde me hice una revisión y un par de empastes hace más de 10 años.
¿Y me llama porque nos hicimos muy colegas? No. Me llama para venderme algo. O eso creo, porque obviamente se lo cogí el primer año y le he colgado todos los demás.
Lo que yo veo aquí es un caso clarísimo de plantillitis, un error de bulto en la automatización que seguramente venga provocado porque han visto esa automatización en otro tipo de negocio donde sí puede funcionar. O, simplemente, porque su CRM tiene un módulo de Marketing Automation y han decidido que había que usarlo porque está to’pagao.
Norma nº1 de automatización (y de sentido común): que algo se pueda hacer… no quiere decir que tenga sentido que lo hagas.
Se debería hacer al revés.
¿Quién, en su sano juicio, piensa que es buena idea anclarse en la excusa de un cumpleaños para venderte una ortodoncia?
Lo sé. Soy un pesado con lo de la mentalidad y el pararte a pensar antes de automatizar. Pero de verdad que la única manera de sacarle partido a la automatización es hacerlo al revés de como lo hace este dentista.
- Primero, piensas: ¿en qué momento puede ser útil reconectar con un paciente que lleva un tiempo sin venir?
- Después, analizas: ¿cuáles sería los pasos necesarios para llevarlo a cabo?
- En un mundo ideal, testeas el proceso a mano: ¿Tiene sentido, estamos mejorando los resultados?
- Y ahora, ya sí, planteas el siguiente paso: ¿Tenemos alguna manera de optimizar y automatizar el proceso?
En el fondo tenemos que ver la automatización como una herramienta a nuestro servicio y no al revés. Y si te abstraes del caso concreto, la automatización es bastante clara:
A partir de un disparador de tipo fecha envía una alerta de seguimiento con un mensaje comercial. Vamos, un calendario de toda la vida:
- Con el cumpleaños lo usan las cadenas de comidas y le funciona mejor.
- También lo usa mi abuela (con muchísimo más éxito que el dentista).
Y el dentista podría aplicar la misma lógica de usar las fechas… pero con otros usos adaptados a su contexto. Te dejo 3, pero seguro que se nos pueden ocurrir 10 fechas más efectivas que tu cumpleaños:
- Avísame 6-8-12 meses después de mi última revisión de que ya va tocando (recordatorio útil).
- Utiliza una fecha gancho, como el aniversario del inventor del hilo dental. Va a ser infinitamente más efectivo (y hasta me sacarás una sonrisa 😁).
- Incluso, si quieres seguir erre que erre con el cumpleaños… avísame 10 días antes y tírame un mensaje para recordarme que sería guay lucir sonrisa perfecta en mi fiesta de cumpleaños.
PERO-NO-ME-VENDAS-UNA-ORTODONCIA-EN-MI-CUMPLEAÑOS! 🥳👯
Ale, ya lo he dicho.
Y lo repito: que algo se pueda automatizar no significa que debas automatizarlo.
Saludos🫡🦷
Santy.
PD: últimos días de la campaña del libro y ya hay más de 120 mecenas 🤩🤩. Mil gracias por el apoyo!
PD2: te dejo la publicación de LinkedIn donde habría el melón.
PD3: hay un par de ejemplos más que usan esta automatización y sospecho que tienen los ratios de conversión más altos de la historia. Pero te los dejo para otra semana.