«Lo que tendríais que hacer es NO HACER NADA. Ni Aprender a automatizar, ni abrir Make ni NADA. Esa es mi conclusión».
Esa fue la conclusión final a la que llegó un alumno en un taller de más de 4h que estuve ayer impartiendo en una asociación de empresas en Madrid.
Luego te hablaré de esa conclusión, que en parte tiene sentido. Pero hay más cosas del taller que quería compartirte
⚠️ Por cierto:
La campaña de crowdfunding del libro ya va al 64%!!! 🥳🥳🥳 Muchísimas gracias por todo el apoyo que está recibiendo, buen chute de energía me estoy llevando mientras termino el libro.
(Si no sabes de qué va esto o aún no has participado, échale un ojo por aquí. Aún quedan algunas recompensas muy chulas e incluso tu empresa podría aparecer en esta newsletter y en un capítulo del libro 🔥😲😲
Como te decía: ayer estuve impartiendo una formación de 4h en directo sobre «estrategias para multiplicar el tiempo».
Sí, toda una mañana haciendo una introducción a la automatización de procesos y cómo despertar esa mentalidad automatista de la que tanto me gusta hablar.
Había unas 15 personas en la sala (el máximo que habíamos planificado para las dinámicas prácticas que hicimos) y surgieron muchas conversaciones y debates interesantes.
Muchas de esas personas, que eran de empresas y departamentos muy diversos, tenían equipo a su cargo y me plantearon preguntas sobre cómo gestionar con ellos todo esto de la automatización.
En uno de esos debates, uno de los asistentes me dijo:
— entonces, para que me aclare… ¿tú estás llamando a la revolución, verdad?
Y tuve que darle la razón. Comenté que, para mí, hay muchísimo valor en que los mandos intermedios y superiores se encarguen de hablar sobre la automatización con su equipo, capacitarles para levantar la mano y que digan «eh! Estoy haciendo estas tareas, que me llevan X tiempo y podrían ser automatizadas para yo dedicarme a estas otras».
Hay una auténtica revolución ahí.
Uno para todos
Otra de las reflexiones que también surgió fue que, si conseguimos hacer el ejercicio de dividir y simplificar al máximo nuestras tareas… podemos llegar a pequeñas piezas automatizables que son extremadamente combinables en multitud de áreas.
Te lo cuento con este ejemplo:
¿Qué hace?
- Recibe como input la url de una página web
- Genera un pantallazo
- Devuelve el pantallazo para que se procese.
Vaya chorrada, ¿no? Si eso nos llevaría 1 minuto hacerlo a mano.
1 minuto. Y otro minuto. Y otro minuto más. Y otro otro minuto más… ¿sigo? Porque durante las dinámicas surgió la misma tarea en hasta 4 formatos diferentes:
- Para el departamento de ventas, antes de llamar a un posible lead:
- Buscando la web del futuro cliente.
- Buscando su perfil en LinkedIn.
- Para espiar las webs de la competencia.
- Para guardar referencias de inspiración de diseño.
- Para…
Bueno, seguro que te haces a la idea: hay funciones que hacemos de manera inconsciente, que repiten patrones altamente automatizables. Y que, una vez automatizadas, podríamos reutilizar hasta el infinito en todas sus variantes.
Ser capaces de detectarlos y levantar la mano para dar la voz de alerta… puede ser la auténtica revolución en tu proyecto.
Un saludo, automatista! 🫡
Santy.
PD: la frase final fue «lo que tendríais que hacer no es hablar con el equipo. Ni aprender a automatizar. Es llegar a la oficina, hablar con vuestro jefe y contratar a este señor (señalándome a mí) para que se ponga manos a la obra». 😂😂😂😂
PD2: juro que fue real y que no era un figurante al que había infiltrado en el curso.
PD3: te vuelvo a recordar lo del libro 😁😁😁.